miércoles, mayo 08, 2013

Fragmento de la novela “El Desierto de la Revelación” (Inédita).


















Los cuatro personajes cabalgaron hasta llegar a un desierto de arena marrón, el sonido del viento, que era el eco de la profundidad desoladora, desafiaba el valor de cualquier  bravo aventurero  que fuese capaz de recorrer la región más lúgubre del continente. Empotrado dentro del insólito desierto un cautivador  poder era la fuente de ambición para valerosos y temerarios. El develar absoluto, La Verdad, residía incrustada en su centro. Casi a cincuenta metros de altura, unas gigantescas anguilas flotaban gracias a los gases arremolinados en sus entrañas.  De las fauces de estos míticos seres emanaba el fuego que enrojecía las densas nubes,  la región envuelta por un calor sofocante a penas dejaba entrever  el  diminuto disco amarillento colgado del cielo.  Truenos cantaban un himno de terror e hileras de relámpagos caían cerca de las montañas rocosas donde nada crecía. El miedo, a fin de cuentas, terminaba por embargar a quien cruzase  este inframundo, olvidando la inicua y sintética naturaleza que lo componía.



Del libro de Guillermo, capítulo homónimo al título de la novela.

El Desierto de la Revelación fue la primera novela que logré terminar sin desfallecerme en el intento, como era mi costumbre. Supuestamente es del género ciencia ficción (futurista) ubicada en el simulado archipiélago de Centro América. Su protagonista era el joven Reimar Maltus, un “desplazado” con dotes muy singulares que busca escapar de la pobreza y el desamparo, todo para darle un propósito a su vida. 

 Envié propuestas a un montón de casas editoras especializadas en dicho género, sólo una me contestó una para notificarme, con suma cortesía, que la obra fue rechazada. Por el resto fui ignorado. Un trabajo largo que me tomó casi dos años completar. Algo ingenuo y con visos de aventura. Mi primer fiasco como escritor. Pero aún la conservo.

Saludos. 

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