Infiel

No creo en la  conciencia colectiva,  sino en el brillo irrepetible del alma
No creo en la lucha de clases,  sino en el amor al prójimo
No creo en el fusil revolucionario y su piel moteada de salamandra
No creo en la distribución equitativa de la riqueza
Sino en la fluidez de la fortuna
Y la administración racional de la justicia y la misericordia

No creo en rojinegros
Azules pardos
Arcoíris invertidos
O blancos timoratos

Ni siquiera promulgo la hermosa domesticación que induce la doctrina
Ni  en el rayo divino del caudillo redentor
Que sube al trono absolutista por la mano fanática de sus ejércitos populares


Veo  con buenos ojos al pastor que abandona su rebaño para ir tras la oveja extraviada
Mientras denuncio al que, para darles resguardo,
Las aprisiona entre bardas 

Admiro al pastor que guía hacia una estrella
Pero mejor todavía
Añoro la metamorfosis de oveja a pastor
Y de pastor a esfinge.

No creo en el cambio climático
Sino en el cambio de conciencias para rescatar al mundo.

No creo en la persona normal, solo en la singularidad hegemónica del Ser
No creo en la tendencia relativa que nos roba las verdades más puras
Ni creo en altruismos ideológicos
Ni en el poder  regulador del gobierno
El que hace saltar la moneda dorada hacia el bolcillo equivocado.

Soy un infiel
Lo confieso
Transgresor de un progreso a la deriva
Y me llaman salvajismo
Por no rezar su infausto credo.

David R. Morán

Tegucigalpa 2011