es el
triunfo del amor
sobre el
odio
y el miedo.
Por eso te
aprecio
lejana.
En el
misterio
de tus ojos
descubro ese
cielo quimérico
que ven mis ojos
marchitos.
Con las
migajas
de luz
que deja
caer
debajo de la
mesa,
cual
perrito,
me alimento…
y me
conformo con ello.
David R. Morán
Tegucigalpa
Marzo 2014.
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