La casa,
el
monasterio.
La celda,
un dormitorio.
El rezo,
un llanto
anclado;
su dolor:
el odio
transmutándose
en amor de colmena;
traslúcido,
de sueños
beatíficos,
de
infernales pesadillas,
de un
espacio
inundado
por la fecunda soledad.
David R. Morán
Tegucigalpa
Marzo, 2014.
Foto: Monasterio de los Jerónimos, Lisboa, Portugal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario