Me paro frente a la Catedral de Tegucigalpa dándome cuenta que en vano intenté exiliar la nostalgia, todo lo contrario, se ha preservado incólume en mis adentros desde hace décadas.
No cargo monedas, supongo que las alegrías de antaño se filtran con facilidad por la rendija de la urna dispuesta para las ofrendas (Pérfido que soy).
Vamos a ver, miro la costrosa fachada colonial (digo yo que es colonial) de la casa de Dios, en cuyas faldas se apegan las diversas caras de la indigencia:
-temblorosas y arrugadas manos se extienden ante la esperanza de una moneda, me dan la bienvenida apelando a la gloriosa misericordia, venden una degradación surrealista por pan o por unos cuantos Lempiras, así lograr pasar algo de alcohol por la garganta, total, la realidad arde peor.
No sé si los perros albergan las mismas esperanzas o es que me tienen simpatía, pero, al menos, ellos no se van “a casa” con el estómago resentido.
-otros muestras sus cuerpos lisiados o infectados de enfermedades nunca tratadas.
Los malolientes orates deambulan en su mundo infranqueable, alegres, me van comiendo el valor, laboriosos, golpean o abrazan a la gente.
En el cielo vuelan miles de espíritus santos, negritas, blancas, moteadas, algunas con pinceladas marrones. ¡Qué Astutas! Lograron adaptarse al medio urbano a la perfección –al igual que los zopilotes-; se posan en las aristas de la casa de Dios y dejan caer su desecho químico.
Dicen que a más de uno lo han dejado ciego.
Entro al recinto como un hijo pródigo que ni siquiera pudo derrochar su herencia, oliendo la bruma de las velas y la madera vieja que despierta mi infancia.
A mis costados se alzan lóbregos altares, ellos van mostrándome unas escenas clásicas interpretadas por figuras de madera revestidas con telas antiguas, son ecos de mártires congelados en tormento eterno. Ellas me dicen:
Somos obras de arte invaluables, nos han intentado secuestrar miles de veces para luego ser vendidas a coleccionistas millonarios, no queremos lamentarnos en la oscuridad, sino, ¿Qué sentido tendría?
Aquí están las pinturas:
Recuerdo a esa adolescente virgen (ah, es la única que queda) con su niño Jesús en brazos, es tan sublime aquella diminuta y humilde judía, miro su rostro angelicalmente europeo y a veces siento enamorarme de ella; representas el amor matriarcal, por ti Dios y yo somos hermanos; porque te redefinen a oscuras es que somos machistas.
Me siento para meditar, ahí, junto a otros que sobreviven con menos de 1 dólar al día.
Mirando ese hermoso altar dorado, percibo extra-sensorialmente que te sienten, su fe es a toda prueba, mientras yo oculto la mía para aparentar inteligencia y un porte progresista, típico de la clase media profesional.
Padre, esos son tus hijos; hijos, ese es vuestro padre. La iglesia es de pobres, total, cuando se es rico e inteligente ¿Quién te necesita? Sólo en la pobreza encontramos a Dios, eres el rey de los desposeídos y necesitados.
Supongo que este es un buen aliciente para despertar de sus túmulos al dragón rojo de izquierda, sin embargo, esa manzana es muy verde para mi corazón de caoba.
Salgo, me santiguo; me siento más endeudado que antes, pero ahí va el quijote de Miraflores otra vez.
Frente a la Catedral se encuentra el Parque Central, antes de su remodelación.
Muerto ya su bagaje histórico-cultural, ahora es obra adelantada que rinde tributo a la futura era de lo efímero, diseñada exclusivamente para que se asoleen los garrobos.
El Parque es el punto de concertación de los desempleados para llevar a cabo sus tertulias, otros llevan a cabo manifestaciones populares; en ese mismo lugar, los veteranos compartían alegremente sus desgracias y daban rienda suelta a la sobrada pereza que habían acumulado en sus flácidos músculos.
Era también el punto comercial de los lustrabotas profesionales, de los predicadores neuróticos que nos mandaban todos al infierno, por no decir a la mierda.
Mas adelante, La Zona Peatonal se ve (porque eso no cambia) atiborrada del comercio informal; paso por un estrecho sendero lleno de champas improvisadas llenas de artículos de todo tipo, desde DVD, discos compactos de la cada vez más popular marca “Pirata”, todos se venden a diestra y siniestra frente a las autoridades locales.
La competencia es férrea, mercadería lega contra productos contrabandeados; los que pagan impuestos contra los que los no pueden pagarlo y se aferran ilegalmente a una esperaza, ya que su pobreza no da prórrogas ni espera a que se nivele la economía; la mano peluda de la banca versus el mercado negro del dólar; los transeúntes contra los ladrones, etc, etc.
Bueno, todos viven del dinámico mercando interno, ya sea este formal o informal, al fin y al cabo, nos ahogará a todos sin distinción de clase social. Aquí nace la nueva propuesta: El libertinaje de mercado.
Por eso digo que en Honduras está todo por hacer. Hay mucho trabajo.
Al caminar por aquella estrechez, rozándome en una masturbación colectiva que incita al vacío, me topo con un hermoso cuerpo femenino, de buena talla, a mi gusto; es la mujer perfecta:
-cintura fina, buen culo, redonditas y paradas tetas, piernas y muslos proporcionados.
Al levantar la mirada me pego el gran susto; la mujer ideal no tiene cabeza, es rígida, está hueca por dentro y todo atuendo moderno le sienta bien.
En la peatonal hay casi de todo, sólo les faltan las gradas eléctricas al cielo.
Me voy triste y excitado (que es lo más triste), sigo mi camino, hay muchas maravillas por ver.
David R. Morán
Tegucigalpa
Agosto 2005
No cargo monedas, supongo que las alegrías de antaño se filtran con facilidad por la rendija de la urna dispuesta para las ofrendas (Pérfido que soy).
Vamos a ver, miro la costrosa fachada colonial (digo yo que es colonial) de la casa de Dios, en cuyas faldas se apegan las diversas caras de la indigencia:
-temblorosas y arrugadas manos se extienden ante la esperanza de una moneda, me dan la bienvenida apelando a la gloriosa misericordia, venden una degradación surrealista por pan o por unos cuantos Lempiras, así lograr pasar algo de alcohol por la garganta, total, la realidad arde peor.
No sé si los perros albergan las mismas esperanzas o es que me tienen simpatía, pero, al menos, ellos no se van “a casa” con el estómago resentido.
-otros muestras sus cuerpos lisiados o infectados de enfermedades nunca tratadas.
Los malolientes orates deambulan en su mundo infranqueable, alegres, me van comiendo el valor, laboriosos, golpean o abrazan a la gente.
En el cielo vuelan miles de espíritus santos, negritas, blancas, moteadas, algunas con pinceladas marrones. ¡Qué Astutas! Lograron adaptarse al medio urbano a la perfección –al igual que los zopilotes-; se posan en las aristas de la casa de Dios y dejan caer su desecho químico.
Dicen que a más de uno lo han dejado ciego.
Entro al recinto como un hijo pródigo que ni siquiera pudo derrochar su herencia, oliendo la bruma de las velas y la madera vieja que despierta mi infancia.
A mis costados se alzan lóbregos altares, ellos van mostrándome unas escenas clásicas interpretadas por figuras de madera revestidas con telas antiguas, son ecos de mártires congelados en tormento eterno. Ellas me dicen:
Somos obras de arte invaluables, nos han intentado secuestrar miles de veces para luego ser vendidas a coleccionistas millonarios, no queremos lamentarnos en la oscuridad, sino, ¿Qué sentido tendría?
Aquí están las pinturas:
Recuerdo a esa adolescente virgen (ah, es la única que queda) con su niño Jesús en brazos, es tan sublime aquella diminuta y humilde judía, miro su rostro angelicalmente europeo y a veces siento enamorarme de ella; representas el amor matriarcal, por ti Dios y yo somos hermanos; porque te redefinen a oscuras es que somos machistas.
Me siento para meditar, ahí, junto a otros que sobreviven con menos de 1 dólar al día.
Mirando ese hermoso altar dorado, percibo extra-sensorialmente que te sienten, su fe es a toda prueba, mientras yo oculto la mía para aparentar inteligencia y un porte progresista, típico de la clase media profesional.
Padre, esos son tus hijos; hijos, ese es vuestro padre. La iglesia es de pobres, total, cuando se es rico e inteligente ¿Quién te necesita? Sólo en la pobreza encontramos a Dios, eres el rey de los desposeídos y necesitados.
Supongo que este es un buen aliciente para despertar de sus túmulos al dragón rojo de izquierda, sin embargo, esa manzana es muy verde para mi corazón de caoba.
Salgo, me santiguo; me siento más endeudado que antes, pero ahí va el quijote de Miraflores otra vez.
Frente a la Catedral se encuentra el Parque Central, antes de su remodelación.
Muerto ya su bagaje histórico-cultural, ahora es obra adelantada que rinde tributo a la futura era de lo efímero, diseñada exclusivamente para que se asoleen los garrobos.
El Parque es el punto de concertación de los desempleados para llevar a cabo sus tertulias, otros llevan a cabo manifestaciones populares; en ese mismo lugar, los veteranos compartían alegremente sus desgracias y daban rienda suelta a la sobrada pereza que habían acumulado en sus flácidos músculos.
Era también el punto comercial de los lustrabotas profesionales, de los predicadores neuróticos que nos mandaban todos al infierno, por no decir a la mierda.
Mas adelante, La Zona Peatonal se ve (porque eso no cambia) atiborrada del comercio informal; paso por un estrecho sendero lleno de champas improvisadas llenas de artículos de todo tipo, desde DVD, discos compactos de la cada vez más popular marca “Pirata”, todos se venden a diestra y siniestra frente a las autoridades locales.
La competencia es férrea, mercadería lega contra productos contrabandeados; los que pagan impuestos contra los que los no pueden pagarlo y se aferran ilegalmente a una esperaza, ya que su pobreza no da prórrogas ni espera a que se nivele la economía; la mano peluda de la banca versus el mercado negro del dólar; los transeúntes contra los ladrones, etc, etc.
Bueno, todos viven del dinámico mercando interno, ya sea este formal o informal, al fin y al cabo, nos ahogará a todos sin distinción de clase social. Aquí nace la nueva propuesta: El libertinaje de mercado.
Por eso digo que en Honduras está todo por hacer. Hay mucho trabajo.
Al caminar por aquella estrechez, rozándome en una masturbación colectiva que incita al vacío, me topo con un hermoso cuerpo femenino, de buena talla, a mi gusto; es la mujer perfecta:
-cintura fina, buen culo, redonditas y paradas tetas, piernas y muslos proporcionados.
Al levantar la mirada me pego el gran susto; la mujer ideal no tiene cabeza, es rígida, está hueca por dentro y todo atuendo moderno le sienta bien.
En la peatonal hay casi de todo, sólo les faltan las gradas eléctricas al cielo.
Me voy triste y excitado (que es lo más triste), sigo mi camino, hay muchas maravillas por ver.
David R. Morán
Tegucigalpa
Agosto 2005
13 comentarios:
La mejor postal que he recibido estas vacaciones. Una descripción tan realista como lírica de ese trozo de Tegucigalpa. Magnífico.
Una curiosidad. Si pongo en la manos heridas de un desposeído de Dios y de los hombres, un dólar, cuántos Lempiras le estaré dando.
Les estarás dando L.18.87 amigo Mickel. A sí de difícil está la cosa.
Qué bueno... leerte es como verlo.
Sensacional David!!! La situacion siempre ha sido asi o se ha deteriorado?
Borra el spam pls!! :)
Sigue paseando, entrando en iglesias, cementerios, mercados y hospitales... Después ilústranos con tus fotografías de verbo para que, desde este lado, conozcamos el mundo.
Gracias.
Andro.
Gracias scape por estar pendiente de neurocosmo
Don Michi: La cosa cada vez va deteriorándose más, me inspiré en recuerdos y situaciones aún vigentes, la realidad económica no es nada fácil, espero que con la condonación de la deuda externa se utilicen bien los ingresos que, supongo, serán mayores. Hay que combatir ante todo la corrupción y exigir transparencia en el manejo de recursos.
Gracias Andro por tus palabras, esperamos seguir adelante en esos caminos.
Que tipo de partido gobierna? Eso de la corrupcion parece algo generalizado en América...herencia española? :)
Tu escrito de clase media profesional me ha gustado mucho, tal vez no abriga , ni alimenta fisicamente, pero reconforta y su valor probablemente sea mayor que el de un dolar.
Animas a construir. A tender puentes sobre los hilos de la comunicación. La araña siempre esta, que duda cabe, también teje sus hilos y es depredadora, chupa alegremente la sangre (capital de los deseredados ). Tal vez, de alguna manera, te ayudemos a liquidarla. Saludos y Gracias.
un gobierno nacionalista, pero bien, el liberal suele ser igual por lo general Don Michi.
La corrupción es un cancer que no tiene patrias Don Michi, parece un gen universal.
A todos les interesa mas el dinero que la integridad...la ausencia de valores :(
Hermoso lugar, dentro de poco tiempo estare paseando por esos pados eso espero, un abrazo
Muy esclarecedor todo lo que relatas. Son interesantes tus manifestaciones pues reflejan muy bien vuestra situación. Honduras, pese a todos los pesares debe ser un hermoso país. Saludos.
te felicito por ser observador,pero te aconsejo que por un momento dejes de ver el exterior y mires a tu interior porque tu forma de expresarte refleja deterioro en tu alma. los lugares fisicos son secundarios,lo que realmente damos y recibimos de los demas es lo que llevamos en el alma,y aporta lo que puedas no en palabras sino en acciones.busca a Dios es lo mas real que existe,cuidate.
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