Durante las últimas seis semanas he visto varios sitios curiosos llamados Blogspot; una palabra que al principio me costaba decir y, más aún, escribir. Mi estimado amigo el poeta y escritor Luis Miguel García de Amézaga (Vitoria, España) me invitó a participar en su blog llamado DIENCEFALO, el cual está lleno de notas curiosas, asuntos que conciernen a casi todo el mundo y otros que son meramente de su localidad, todos, por supuesto, tratados ingeniosamente, con una gran dosis de humor y sentido crítico. A través de una red de enlaces (Links) con otras web-blogs he escudriñado un tanto este mundo “Blogger”, aprendiendo un poco acerca de la utilidad que usuarios de todo el mundo dan a este servicio, variando la temática de contenido según las necesidades de cada cual.
Para el caso, me encuentro con blogs cuyo propietario o autor se presenta sin utilizar seudónimos (ID) de ningún tipo, generalmente tratan asuntos que no son personales o íntimos, es decir, comentan sobre política, arte, literatura, de la película que acaban de ver, etc. Otros, por el contrario, utilizan este medio para narrar sus experiencias personales, eso sí, emplean el pseudónimo que otros prefieren rechazar, y con razón; todos deseamos algo que decir, pero obviamente que no todo.
He visto blogs que más bien parecen boletines informativos o columnas de periódicos, si, me refiero a periodistas que, escapando de la censura oficial y privada de sus oficinas, intentan darnos su sentir y pensar sobre una gran gama de acontecimientos, y por qué no, probablemente la verdad. Existen algunos que tratan determinado tema o áreas, por ejemplo de teología, de informática, etc. Otros blogs son utilizados por personas que, guardando mucho resentimiento y envidia, critican todo cuanto se les atraviesa, a quemarropa, creando en su narrativa un ambiente tan depresivo como decepcionante. Como pude ver, hasta el amargado tiene cabida aquí, intentando una suerte de catarsis para liberarse o, como deduzco yo, para que alguien piadoso los salve sin comprometer su dignidad. Otras web-blogs son divertidas, se comparten cosas simples, sin enredarse en tantas complicaciones, pero por su contenido presiento que se trata de personas que en el fondo están solas, que no tienen alguien cerca con quien compartir sus experiencias, y, en el peor de los casos, rodeadas de gente que no les toma importancia.
Hay blogs cuyo contenido tiene más imágenes que palabras, otros con diseños muy originales, otros prefabricados, improvisados y otros abandonados, muertos.
Lo mejor de este medio es que, hasta ahora, existe la tan anhelada libertad de expresión. No hay necesidad de pasar por el filtro de la censura como ya dije, ni calificar según la “forma” y el “fondo” de lo que escribes; el blog puede ser tan versátil como su autor disponga, eso pienso al menos. Por tal motivo me he unido a esto; solo espero que esto no se vuelva una adicción. Bueno, de todas maneras, como decimos acá en Honduras, “Lo que no mata engorda”. Espero pues subir de peso.
Las pregunta que me hago ahora (quizá es demasiado prematuro para hacerla) ¿Qué tipo de Blogger seré? Y si en realidad ¿Eso importa?.
2 comentarios:
Eso nos preguntamos todos cada día, David. Dónde voy con este blog. Qué dirección quiero darle. Todas las descripciones que has hecho me sirven para ponerme delante del teclado y escribir, que al fin y al cabo es la razón fundamental. Escribir, comunicarme, escribirme, escribirte. Eso y algo que decir, aunque sea poco en mi caso.
Amigo Miguel:
tus palabras, que por la experiencia se crean, me anticipan la respuesta y me dan la seguridad de que esto que algo, no es un mero compromiso, si no una necesidad que me llama, al igual que la poesía, de compartirla y ser escuchado. Gracias.
Publicar un comentario