miércoles, mayo 08, 2013

Fragmentos de la novela (Inédita por cierto) “El Artificio de la Realidad”
















Invierno, los corazones palpitan sangre escarchada, apenas mantienen en pie el cálido movimiento de los cuerpos. En Las Profundidades Imperecederas la distancia, el tiempo y el fulgor infernal, que también se difuminan, pierden sustentación; espacio inhóspito y estéril más allá del bien y del mal, que no son otra cosa que abstracciones vagas carentes de sentido ante el amplio firmamento de una estepa gélida, protegida por una bóveda hosca y sepulcral. Ahí no hay sitio para la verdad o la mentira, ni canon de belleza, sino la oscilación penal de la verdad ahorcada. También la razón es un susurro de agonía inmortal, donde la mente huérfana de estrellas se evapora y la brújula cae presa de la paranoia, porque no encuentra ni siquiera un pretexto para existir, y la ven pasar, calamitosa, como espectro en busca de  sustento y cobijo; sólo se escuchan ecos de vez en cuando, de risas alienantes sin propósito. Espejismos narradores desprovistos de moraleja penetran los oídos; ciencia sin frutos perciben los ojos, terreno indiferente donde se erigen promontorios de paradojas que sólo sirven de obstáculo a la compañía del Rey. Es la tierra donde canta el vendaval seco una canción en apariencia armónica pero falaz.
Del capítulo I “Psicum”.

Soledad, sustrato donde habita un espíritu extraviado del colmenar, víctima del exilio o por la renuncia de su voz puesta a la deriva, ahora ausente del coro. En la soledad, según los eslabones más fuertes que atan la cadena armoniosa, se lleva a cabo el acto más cruel proferido: la degradación humana.

Soledad, refugio de  visionarios, cuna de la más recóndita meditación que ilumina con su luz el mundo con una verdad renovada, donde el espíritu se encuentra consigo mismo para reformarse ajeno al invariable molde que rige a la muchedumbre.
 Extracto del capítulo V de “Psicum”   

Esta es la segunda novela completada en un plazo de dos años, creo. Se trata de las peripecias de un loco profesor que vive en la colonia Kennedy de Tegucigalpa. La obra, de corte fantástico (surrealista), está ubicada temporalmente durante la crisis política acaecida en Honduras en el año 2009. Pensé que las editoriales locales me harían caso. Me equivoqué. Probé mandarla al exterior. Ni el viento foráneo me vino de regreso. El libro quedó archivado con la etiqueta “otro proyecto fracasado”. 

Esta es la sinopsis. 

“El Artificio de la Realidad” cuenta la historia de Agustín Medina, humilde profesor de secundaria, que vive en su convulso país Honduras. Agustín comienza a experimentar una serie de síntomas físicos y psicológicos agobiantes, y presiente, con pavor, que se encuentra al borde de la locura. Con semejante predicamento, brega con una serie de ridículos impases hasta perderse en la confusa maraña de extraordinarias visiones, ya que “su realidad” ha sido trastocada desde los cimientos, hasta descubrir algo que muy pocos seres humanos saben que existe y posee gran influencia sobre la vida en la Tierra. El protagonista intenta ser absuelto de su penosa situación; sin embargo antes tiene que enfrentar la carga de la prueba, pero ésta, una y otra vez, se le escabulle de las manos. 

Si bien todo da inicio con una especie de narración fantástica, Agustín despierta en la abrupta realidad hondureña no menos sorprendente. Se debate entre pesadillas reveladoras, aparentes delirios y alucinaciones, ocurrencias estúpidas, enredos familiares y nacionales, confabulados para construir una aventura que espera agradar al lector.

No hay comentarios: