Es especial, de verdad,
sentir las gotas del deshielo en la maravilla del sol,
el combustible que provoca la dinámica atómica.
Es especial, contencioso,
por muy estrafalaria que sea,
la forma de interpretarlo,
la verdad tentativa dispuesta al cambio de color,
de forma o por simple refutación.
Es especial saber
que donde unos explican la mecánica
otros encuentran la razón,
y lo más aventurados, el motivo.
Es especial,
tan siquiera pensarlo dos veces
entender que tras de ello existe un impulso,
una eternidad recíproca al infinito que no juega a los dados,
puesto que nunca fuimos hijos arbitrarios de la Nada,
sino concebidos con la fuerza del primer motor.
David Morán
Tegucigalpa
Mayo 2009
sentir las gotas del deshielo en la maravilla del sol,
el combustible que provoca la dinámica atómica.
Es especial, contencioso,
por muy estrafalaria que sea,
la forma de interpretarlo,
la verdad tentativa dispuesta al cambio de color,
de forma o por simple refutación.
Es especial saber
que donde unos explican la mecánica
otros encuentran la razón,
y lo más aventurados, el motivo.
Es especial,
tan siquiera pensarlo dos veces
entender que tras de ello existe un impulso,
una eternidad recíproca al infinito que no juega a los dados,
puesto que nunca fuimos hijos arbitrarios de la Nada,
sino concebidos con la fuerza del primer motor.
David Morán
Tegucigalpa
Mayo 2009
1 comentario:
Cada aliento, suspendido, mientras se contrae, en diálogo con el aire, intervenido por la razón, es especialidad, savia aérea pura...
Un abrazo
Natalie.
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