Dentro de la mente
el fuego intermitente de las llamas
alcanza su nivel de emblema circense
y sobre el círculo de tinieblas arremete
lo que, en apariencia, ciega,
no es algo que se piensa,
es el vacío lo que casi siempre,
duele.
Autor: David R. Morán
Tegucigalpa
Mayo 2007.
2 comentarios:
Así es amigo David, el vacio es lo que más duele, imposible de reemplazar, tal vez podamos llenarlo de esperanza. Saludos.
El vacío de lo que siempre duele. Eso que no se siente es lo que más desvaneces..., como dice Sabina "no hay nostalgia peor, que añorar lo que nunca jamás sucedió"
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