jueves, septiembre 14, 2006

Lo Esencial de Honduras


Como estamos de fiestas patrias aquí en Honduras, creo conveniente hacer a un lado mi letra de hojalata y cederle la palabra al verso de bronce; me refiero específicamente a la auténtica, docta y magistral poesía hondureña del siglo pasado, misma que, año tras año, vamos matando con el desinterés, la inacción, relegándola a la auténtica “nada”, es decir, al olvido.

Y quien mejor que Don Alfonso Guillen Zelaya, poeta y periodista hondureño, hombre de mundo e intelectual consagrado, para decirnos lo verdaderamente esencial en la vida del hondureño. Su palabra clásica compone un poema de voz propia, pero ante todo lleno de vida. El poema “Lo Esencial” es un martillo que intenta romper el ciclo vicioso del desánimo cultural, de la vergüenza mal infundada, la apatía social y la incredulidad. Pero ante todo, la falta de fe en uno mismo. Los dejo pues con este escrito, dedicándolo a la tierra que me ha visto nacer, crecer y ha sido testigo fiel de mis innumerables disparates y desaciertos. Así también a mi patria que no es otra cosa que los hondureños mismos y para el resto de los lectores de Neurocosmo.

Saludos

LO ESENCIAL

Lo esencial no está en ser poeta, ni artista, ni filósofo,
Lo esencial es que cada uno tenga la dignidad de su trabajo, la conciencia de su trabajo el orgullo de hacer las cosas bien, el entusiasmo de sentirse satisfecho de querer lo suyo

Es la sana recompensa de los fuertes, de los que tienen el corazón robusto y el espíritu límpido

Dentro de los sagrados números de la naturaleza, ninguna labor bien hecha vale menos ninguna vale más todos somos algo necesario y valioso en la marcha del mundo.

El que construye la torre y el que construye la cabaña, el que teje los mantos imperiales y el que cose el traje humilde del obrero, el que fabrica las sandalias de seda imponderables y el que teje la ruda suela que defiende en la heredad el pie del trabajador.

Todos somos algo, representamos algo, hacemos vivir algo, en la siembra del grano que sustenta nuestro cuerpo vale tanto como el que siembra la semilla que nutre nuestro espíritu, como que en ambas labores hay envuelto algo trascendental noble y humano: dilatar la vida.

Tallar una estatua, pulir una joya, aprisionar un ritmo, animar un lienzo son cosas admirables, hacer fecunda la heredad estéril y poblarla de florestas y manantiales, tener un hijo inteligente y bello y luego pulirle y amarle; enseñarle a desnudarse el corazón y a vivir a tono con la armonía del mundo, esas son cosas eternas.

Nadie se avergüence de su labor, nadie repudie su obra, si en ella a puesto el afecto diligente y el entusiasmo fecundo, nadie envidie a nadie, que ninguno podrá regalarle el don ajeno, ni restarle el propio, la envidia es una carcoma de las maderas podridas, nunca de los árboles lozanos, ensanche y eleve cada uno lo suyo, defiéndase y escúdese contra toda mala tentación.

Que si en la palabra religiosa de Dios nos da el pan nuestro de cada día, en la satisfacción del esfuerzo legitimo nos brinda la actividad y el sosiego, lo triste, lo malo, lo dañino es el enjuto del alma, el que lo niega todo, el incapaz de admirar y de querer, lo nocivo el es necio, el inmodesto, el que nunca ha hecho nada y lo censura todo, el que jamás ha sido amado y repudia el amor; pero el que trabaja, el que gana su pan y nutre su alegría, el justo, el noble, el bueno, para ese sacudirá el porvenir sus ramajes cuajados de flores y rocíos, ya tale montes o cincelé poemas.

Nadie se sienta menos, nadie maldiga a nadie, nadie desdeñe a nadie, la cumbre espiritual del hombre ha sido el retornar al abrazo de las cosas humildes.

Alfonso Guillen Zelaya

14 comentarios:

Luis Amézaga dijo...

Parecen los diez mandamientos del buen hondureño. Algo paternalista me parece, pero es buena compañía y nunca inicuas sus palabras.

Anónimo dijo...

Porqué será que en estos tiempos los hondureños ya no tienen ni idea de lo que esencial ?

Michi dijo...

Lo esencial...mmm...me quedo con lo de no perder la dignidad

Anónimo dijo...

Gracias por el Poema, Estoy en Roatán y siempre me la paso buscando literatura Hondureña

Zuni

Anónimo dijo...

Thank you for putting this poem online. I recently saw it, as a poster, but not for sale, in a shop in Valle de Angeles. I was struck by its simple and dignified statement about what truly is essential in human life. I plan to do some reflecting upon it, in English, for the benefit of those who do not read Spanish.

David Morán dijo...

Bill:
d
Prose poetry very illustrative, but now my ideals take that one step further. I think your good initiative, thank you for your visit.
Greetings.

Anónimo dijo...

Es una Obra genial, maestra.. gracias por subirla a la red

Anónimo dijo...

Gracias por compartir , en verdad es valiosa

Anónimo dijo...

asi como dice lo esencial es en ser uno mismo sin denigrar a nadie por que somos iguales tanto los demas nosotros los hondureños valemos y por lo tanto debemos repetar nuestra tierra en la que vivimos ella nos ayuda en muchas cosas y no debemos dejarla morir como lo estamos haciendo.

Anónimo dijo...

Felicito a quien subió este poema, esto es lgo que deberiamos saber como el padre nuestro por su profundo significado.
Esto fue escrito por un ilustre hondureño, tenemos muchas cosas por las cuales sentirnos orgullosos y como dice el poema, somos utiles en la marcha del mundo.
Viva Honduras.
Tano.

Atanacio Acosta dijo...

Que poema tan hermoso, esto nos llava a una reflexion profunda, cuanta verdad encierran estas palabras.
Felicito a quien publico esta obra maestra de un ilustre Hondureño.

samir nahary dijo...

"lo esencial" es esencial en nuestra vida diaria esencialmente hablando

MARIA INES CRUZ MARADIAGA dijo...

QUE HERMOSO POEMA, NOS INVITA A PRACTICAR LOS VALORES, QUE SEE HAN PERDIDO HOY EN DIA, COMO SER RESPETO, EL AMOR SOBRE TODAS LAS COSAS,-DIGNIFICAR EL TRABAJO QUE EJERCEMOS.

MARIA INES CRUZ MARADIAGA

MARIA INES CRUZ MARADIAGA dijo...

QUE HERMOSO POEMA, NOS INVITA A PRACTICAR LOS VALORES, QUE SEE HAN PERDIDO HOY EN DIA, COMO SER RESPETO, EL AMOR SOBRE TODAS LAS COSAS,-DIGNIFICAR EL TRABAJO QUE EJERCEMOS.

MARIA INES CRUZ MARADIAGA