martes, enero 29, 2008

Amanecer


Despierta la maleza atiborrada de escombros,
sueña con palpar el humo distante que cae,
que se revienta mientras rejuvenece.

La neblina salpicada por rayos mortales
deja filtrar el brillo en las colinas,
pues el calor no se deja vencer
cuando le evitan hacer daño.

Si, le hieren con barro,
lo sacuden sobre asfalto,
atrás quedó el recinto
que contenía el canto
de una hembra aullando.

El sol adormese sobre la montaña,
sabe que habita un gélido aliento
en los confines del silencio.

Aquí todo es incierto

David R. Morán
Tegucigalpa
2006

2 comentarios:

Luis Amézaga dijo...

Aquí estamos en el confín del ruido, en continua erupción, en atardecer resacoso.

Michi dijo...

Despertar con ese amanecer y sin el ruido del despertador debe ser fantastico...